El huso se compone de dos partes: un palo de
madera de aproximadamente 30 centímetros terminado en punta y un trozo
semiesférico de barro, madera o hueso, que se ensarta con la parte redonda hacia
abajo. Este contrapeso, el malacate, está a veces adornado con dibujos
geométricos. La gran cantidad de husos idénticos a los actuales, hallados en
zonas arqueológicas, dan idea de la difusión e importancia que el arte de hilar
tuvo en el México prehispánico, casi siempre de oficio prehispánico.
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